Bienvenido eres el visitante:

jueves, 10 de octubre de 2019

Patatas a la marinera "con sepia, rape y mejillones"

Este es un plato ideal para tomar tanto en otoño como en invierno. Aunque en mi caso lo suelo hacer en cualquier estación del año.
Este tipo de plato suele comerse en algunos pueblos de la costa de Cataluña, incorporando un poco de allioli una vez emplatado (1 o 2 Cucharadas) en cada plato y removiendo el conjunto antes de comerlo.




Patatas a la marinera  (Con rape, mejillones y sepia)


Ingredientes (4 personas):
1 rape (1 k)
8 mejillones
1 sepia mediana
4 patatas
1 puerro
2 cebollas
200 ml de salsa de tomate
2 dientes de ajo
100 ml de vino blanco
aceite de oliva virgen extra
sal
1 hoja de laurel
perejil

Limpia el rape y retira la cabeza y los huesos. Resérvalos y reserva también los lomos. Pon la cabeza y los huesos de rape en una olla, cúbrela con agua. Agrega una cebolla cortada en 4, la parte verde del puerro y unas ramas de perejil. Agrega las cabezas. Pon a punto de sal y cuece todo durante 20-25 minutos. Ves des espumando con la ayuda de un cucharón, cuélalo y resérvalo.
Pon en una sartén los mejillones habiéndoles retirado las barbas, y lavándolos bajo el grifo y añádeles el vino. Tapa y espera a que se abran. Retíralos del fuego y separa las cáscaras de la carne. Reserva la carne y el caldo por separado.
Pela y lamina los dientes de ajo y ponlos a pochar en una cazuela grande con un chorrito de aceite. Pela y pica la otra cebolla y añádela. Limpia el puerro, pícalo en daditos y añádelo también. Rehoga un poco.
Añade la sepia limpia y troceada en tiras. Remueve y deja sofreír hasta que la cebolla y el puerro empiecen a tomar color.
Mientras tanto, pela las patatas, córtalas chascándolas (1) e incorpóralas a la cazuela. Agrega la salsa de tomate, una hoja de laurel y el caldo (de los mejillones y del rape). Cocina el conjunto durante 20-25 minutos, hasta que las patatas estén cocidas.

Añade los mejillones y el rape y mezcla. Espolvorea con perejil picado y cocina todo junto durante un par de minutos. Y listo.

(1) Chascar es la acción de romperlas con el cuchillo cuando se trocean, sin llegar a cortarlas del todo. También podréis encontrar alguna receta que diga "cascar la patata". (Es exactamente lo mismo)

martes, 8 de octubre de 2019

Costillar de cerdo al horno


La receta de costillar de cerdo asado o al horno es un clásico en muchas casas. En esta forma de elaborarla vais a tener el éxito asegurado. Os quedara muy tierna y muy sabrosa.


Es la  forma en que solía hacerla yo en el restaurante y os aseguro que siempre triunfaba. Espero que os guste y la pongáis en práctica.


Para 2 o 3 personas

Costillar de cerdo de unos 500 g
1 Cebolla grande o 2 medianas
2 Tomates medianos maduros
3 o 4 dientes de ajo
1 Cucharada de tomillo
2 hojas de laurel
250 ml de Vino blanco
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta negra molida


Elaboración:

Calentamos el horno a 180º. Engrasamos ligeramente la base de una fuente para horno y ponemos en ella la costilla salpimentada. (Yo la corte en dos para poder hacerla en una bandeja pequeña).


Horneamos alrededor de unos 10 a 15 minutos



 y añadimos la cebolla cortada en juliana, los ajos, los tomates a gajos y el laurel y tomillo.









Dejamos pasar unos 10 minutos más, echamos por encima el vaso de vino blanco 



y horneamos durante unos 30 minutos. 


Damos la vuelta al costillar y dejamos que se hornee hasta que la carne esté dorada, unos 50-60 minutos más, dependiendo de lo carnuda que sean las costillas.

Cada cierto tiempo regaremos la carne con el jugo que suelta para que no se reseque. Una vez la carne está en su punto la retiramos a un plato o bandeja 


 y trituramos las verduras con la batidora y colamos con la ayuda de la mano del mortero o una cuchara de madera o un cucharon pequeño (Lo que os vaya mejor).


Cortamos cada uno de los dos trozos de costilla por la mitad o en más trozos (Eso es a vuestro gusto), cubrimos con la salsa y calentamos en el horno otros 10 minutos más o si lo preferís en un cazo o cazuela y servimos acompañado de unas patatas fritas o patatas panadera.



lunes, 11 de marzo de 2019

Sardinas de la costa al estilo de mi abuela


Este es uno de esos tantos platos que me hacen recordar mi infancia. Solía hacerlo mi abuela, cuando yo era un niño para almorzar muchos domingos o días festivos.
Lo he recordado con motivo del día de la sardina y he echado mano de mis archivos y lo he recuperado para vosotr@s. 



Esta receta ya la publiqué hace nueve años en mi anterior blog "La cocina de Manel". Hoy os la traigo de nuevo (Espero que os guste).

 Ingredientes:

 1 kg de sardinas de la costa (sardinas en salazón)
 8 tomates maduros
 1 cabeza de ajos
 1/2 vaso de aceite de oliva
 4 huevos (esto es opcional)



Sí no encontramos sardinas en salazón, podemos hacerlas nosotros mismos con sardinas lo más frescas posible, a las que dejaremos enteras y sin limpiar, de 24 a 48 horas en sal gorda en la nevera.




Elaboración:

 Ponemos el aceite a calentar en una sartén y añadimos la cabeza de ajos cortada por la mitad, cuando se hayan dorado retiramos y reservamos, a continuación freímos en este aceite los huevos y si no los queremos puesto que esto es opcional, las sardinas y cuando estén fritas los tomates partidos por la mitad primero por la parte interior y acabaremos dándoles la vuelta y emplataremos tal como se ve en la foto cubriendo el conjunto con un poquito del aceite y los ajos si así lo deseamos. Y a comer.

 "Es conveniente freír las sardinas a fuego moderado, pues enseguida se pone oscuro el aceite y se quema y de esta forma podemos evitar al menos que se nos queme".

 El tomate al momento de comerlo se chafa un poco con el tenedor para poder retirar la piel y se come mezclándolo con las sardinas y con el huevo. (Bocato di cardenale) O sea "exquisito".


martes, 5 de marzo de 2019

Pulpos a la plancha




Pulpos a la plancha


El pulpo es una de las grandes exquisiteces de la gastronomía española. Aquí tenemos una receta sencilla de cómo hacerlo y con la que queda estupendo.

Ingredientes:


8 pulpos o pulpitos de (150 g por pieza + o -)
3 dientes de ajo
Perejil
Aceite de oliva virgen extra
1 limón
Sal

Agua para cocerlos

Si los compramos frescos lo mejor será congelarlos al menos durante uno o dos días (esto nos ayudará a que rompa la fibra y salgan más tiernos)
A la hora de cocinarlos hay que descongelar por completo.



Limpia muy bien el pulpo: la cabeza vacíala bien, retira los ojos y limpia muy bien cada tentáculo de las patas bajo un chorro de agua fría.


En una olla, añade agua que justo cubra los pulpos, una cucharada sopera de sal, y llévala a ebullición.



Sumerge cada de una en una en el agua hirviendo 3 veces dándole “sustos”: mete la pieza sujetándola por los dedos (cuidado, no te quemes!), deja 2-3 segundos y vuélvela a sacar. Repite este proceso 3 veces, y a la tercera vez déjalo dentro de la olla. Haz lo mismo con el resto.


Cuando el agua esté hirviendo con todo el pulpo dentro, cuenta a partir de ahí 20 minutos, y mantén el fuego fuerte. Si utilizas una olla a presión cuécelos solo cinco minutos.
Apaga el fuego y déjalos reposar en el mismo agua hasta que esta esté fría o templada. Escúrrelos bien antes de hacer en la plancha.



Pon la plancha a calentar o una sartén a fuego fuerte con un hilo de aceite, y cuando esté bien caliente, coloca el pulpo, teniendo el cuidado de que queden las patas todas expuestas hacia arriba, para que se puedan dorar perfectamente. 



Cuando se haya dorado un poco, dale la vuelta y enseguida lo tendrás listo.
Haz una picada en el mortero o batidora con los ajos, el perejil y unas tres cucharadas de aceite y rocía por encima una vez emplatados. Puedes añadirle un chorrito de limón si es de tu agrado. (Yo personalmente los prefiero sin)




Puedes acompañarlo con una buena ensalada o la guarnición que prefieras, puré de patatas, arroz, verduras, etc.
Si no encontráis pulpos pequeños podéis hacerlo igual con pulpitos.
Los pulpitos son más tiernos que los pulpos, pero igual de sabrosos.
La diferencia de la receta seria que no hace falta hervirlos pues se pueden hacer directamente en la plancha una vez lavados , limpios y bien escurridos.

sábado, 16 de febrero de 2019

Hígado encebollado


Este es uno de esos platos que no son de la devoción de todo el mundo, pero  os diré que en casa era uno de esos platos que no faltaban en mi niñez y que comíamos a regañadientes y os aseguro que esta buenísimo.
A mí particularmente me encanta el hígado, ya sea de ternera, cordero o cerdo y con cebolla, a la plancha, frito o en salsa.
Os dejo la receta tal como yo la hago y espero que os guste.


Ingredientes:
  • 1 Kg de filetes de hígado de ternera, cordero o cerdo
  • 3 Cebollas
  • 3 Dientes de ajo
  • 1/2  Vaso de vino blanco
  • 1 Copa de brandy (Coñac)
  • Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Un poco de perejil fresco (para decorar)
Preparación:
En una cacerola baja y grande, ponemos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, hasta cubrir el fondo de la cazuela.
Cortamos la cebolla en juliana y la añadimos a la cazuela para que vaya pochando.
Picamos los dientes de ajo. Cuando la cebolla tenga un color dorado y esté transparente añadimos los ajos para que terminen de pochar. Cuando esté listo, retiramos la cazuela del fuego y reservamos.
Troceamos los filetes de hígado para que no queden tan grandes. “En cuatro o cinco cortes es suficiente”. Los salpimentamos y ponemos a calentar un poco de aceite en la sartén y pasamos los filetes para que se doren ligeramente por ambos lados.


Añadimos los filetes a la cacerola y los rehogamos 1 minuto a fuego bajo.
Vertemos el brandy y dejamos reducir, cuando se haya evaporado el alcohol añadimos el vino blanco. Removemos y lo dejamos a fuego bajo para que la salsa quede reducida. Corregimos el punto de sal y añadimos el perejil “picado o cortado fino a cuchillo”
Vigilar y mover un poco la cazuela para evitar que se agarre la salsa.
Cuando la salsa haya reducido, lo retiramos del fuego. Servimos recién hecho y caliente, ya que si lo dejamos reposar demasiado tiempo el hígado puede endurecerse un poco.
Podemos acompañarlo con una buena ensalada o incluso servirlo como plato único acompañado de unas patatas fritas.