¿Quien no esta cansad@ de hacer y comer las pechugas de pollo y que estén duras o resecas?. Para que esto no ocurra y queden jugositas lo mejor es hacerlas salseadas. Esta es una receta muy sencilla, además los champiñones le aportan un sabor exquisito.
Probar a hacerla y veréis como os encanta.
4 pechugas de pollo medianas o 2 grandes
½ cebolla
½ vaso de vino blanco
Aceite de oliva
1 cucharada sopera de harina
Sal, pimienta
1 vaso de caldo de pollo
Elaboración:
Filetear las pechugas y salpimentar y freír, ligeramente
doradas en aceite de oliva y reservar. Picar la cebolla bien pequeñita y limpiar
y laminar los champiñones. Freír en una sartén grande o cazuela la cebolla con
unas dos cucharadas del aceite de freír las pechugas y cuando empiece a tomar
color añadir los champiñones y saltear durante unos dos o tres minutos a fuego
medio tirando a fuerte. A continuación agregar la harina y remover sin parar
hasta que se disuelva totalmente. Incorporar el vino y dejar reducir unos
minutos y a continuación añadir el caldo y las pechugas reservadas. Dejar cocer
a fuego lento unos diez minutos.
Emplatar y servir. (Podéis añadir un poco de perejil picado
espolvoreado por encima)