Entre los productos de casquería podemos encontrar auténticos manjares, unos más apreciados y conocidos que otros.
Los hay rojos “hígado,
lengua, corazón, pulmones, riñones”. Y blancos como
“sesos, tuétano, carrilleras, tripa, criadillas, pies, mollejas, cabeza”.
En esta receta os voy a enseñar a hacer
buñuelos de sesos.
Para ello vamos a necesitar:
- 2 sesos de cordero o cerdo
- Una hoja de laurel
- El zumo de ½ limón
- 100 gramos de harina
- 2 huevos
- Sal y pimienta
- Aceite
Primero hay que limpiar los sesos y para ello
los ponemos en un bol con agua bien fría durante unos 20 minutos. Pasado este
tiempo se les quita la telilla y las venas que los cubren con mucho cuidado
utilizando la punta de un cuchillo si fuera necesario, los aclaramos y
escurrimos.
Después tenemos que blanquearlos: los ponemos
en una cazuela cubiertos de agua, el zumo de limón, una cucharadita de sal y
una hoja de laurel y cuando el agua hierva, los dejamos cocer a fuego suave
unos 2 o 3 minutos. Los escurrimos y dejamos enfriar bien sobre un papel de
cocina absorbente.
Cuando estén fríos, terminamos de limpiar las
posibles venas que puedan quedar. Los secamos y aplastamos a continuación en un
plato con la ayuda de un tenedor y reservamos.
En un bol batimos el huevo con la harina, la sal y la pimienta y añadimos los sesos chafados. Mezclamos todo el conjunto bien y dejamos reposar unos 5 minutos.
Calentamos el
aceite y vamos añadiendo la mezcla con la ayuda de una cuchara, vamos dándoles
la vuelta para que se doren. Cuando veamos que están dorados, los sacamos y los
escurrimos sobre un papel de cocina absorbente, para quitarles el exceso de
aceite. Y listos para comer.