Esta es una receta de las primeras que hice cuando aún era pinche de cocina (Tendría unos 15 0 16 años). Es de esas que le coges cariño y sueles hacer en cuanto tienes ocasión. Es simplemente un pollo rustido o guisado en el que utilizamos cerveza como ingrediente principal de la salsa, en lugar del vino, agua o caldo de pollo y para contrarrestar el sabor amargo de la cerveza, utilizaremos verduras de sabor dulce, como la cebolla, la zanahoria y tomate maduro.
Para preparar este pollo a la cerveza, puedes emplear la
cerveza que más te gusta. Desde la típica rubia a cervezas tostadas,
con más personalidad. O incluso y por qué no, cerveza negra o la “00” sin
alcohol.
Un pollo o 8 muslos
2 dientes de ajo
2 cebollas
2 tomates maduros medianos
3 zanahorias
tomillo una cucharadita de las de postre o una ramita del
fresco
2 hojas de laurel
2 botellas o latas de 33cl de cerveza
aceite de oliva
sal y pimienta
Despiezamos las pechugas y los muslos o si lo preferimos podemos utilizar directamente muslos de pollo.
En una cazuela “preferentemente de barro”, ponemos un
chorrito de aceite y freímos el pollo salpimentado sellándolo
bien por todos sus lados. La idea, es dejar que coja color. Cuando lo tengamos lo
retiramos y lo reservamos en un plato.
En el mismo aceite donde hemos sellado el pollo, añadimos los dientes de ajo, las cebollas cortadas en juliana. Añadimos también las zanahorias cortadas en rodajas finas. Salpimentamos y cuando comience a tomar color añadimos los tomates troceados o en gajos y removemos todo, mientras dejamos cocinar a fuego suave unos 15 minutos.
Agregamos el tomillo, laurel y el pollo. Cubrimos con la cerveza y cuando comience a hervir bajamos el fuego y cocinamos a fuego lento durante unos 45 a 50 minutos. A mitad de cocción damos la vuelta al pollo para que se cueza bien por todas partes y cuando esté listo dejamos reposar unos minutos antes de emplatar y servir.
Podéis acompañarlo de unas patatas fritas o un poco de arroz