Este es uno de esos platos que solía elaborar mi abuela para las fechas de la Navidad. Más en concreto, el día
después, 26 de Diciembre (Fiesta en Cataluña). Lo tomábamos de tercer plato.
Primero era el obligado aperitivo, a continuación la sopa de galets, seguían los canalones y por último el conejo. Luego el postre y turrones. (Acababas como para
que te llevaran arrastrando, no podías ni caminar después de tanta comida).
INGREDIENTES:
1 Conejo grande cortado en
doceavos (cada ¼ en tres trozos)
1 Cebolla 2 Tomates maduros
150 Gm de setas
100 Gm de jamón
2 Ajos
1 Copa de coñac
1 Vaso de vino blanco
½ Vaso de aceite de oliva
Harina
Caldo o agua
Laurel, tomillo, orégano
Sal y pimienta
Perejil
ELABORACIÓN:
Salpimentar los trozos de
conejo y enharinarlos ligeramente, freír en una sartén con el aceite de oliva a
fuego moderado hasta que tomen un color dorado y pasarlos a una cazuela
(Preferiblemente de barro). En el mismo aceite freír la cebolla y el tomate
rallado o triturado y añadir el laurel, tomillo y orégano y cuando se haya
evaporado el liquido del tomate, añadir el coñac, flambear (encender). Añadir
el vino al conejo y dejar evaporar unos minutos, añadir la salsa y el caldo o
agua sin que llegue a cubrir del todo el conejo. Cocer a fuego lento y mientras
saltear las setas junto con el jamón troceado y añadir al guiso. Dejar cocer a
fuego lento durante una hora aproximadamente o hasta que el conejo este tierno.
Espolvorear con perejil picado.
Tener la precaución
siempre que flambeeis con coñac u otro licor, de tener la campana extractora
apagada (Una vez se haya apagado la llama del coñac, recordar encenderla de
nuevo).
Si calentáis el coñac en un cacito será más fácil encenderlo.