Acompañados de una buena salsa romesco hacen las delicias de los más sibaritas. Espero que sea de vuestro agrado.
Los espárragos fueron introducidos en España por los
romanos y rápidamente se convirtieron en uno de los vegetales favoritos de la
burguesía.
Hay tres tipos de
espárragos; los blancos, los verdes y
los silvestres (los verdes y los silvestres son los más saludables. Tienen un sabor ligeramente
amargo y son excelentes diuréticos).
Estos últimos son
una variedad totalmente diferente ya que nacen espontáneamente en el campo; son
los llamados trigueros o también amargueros. El calificativo de trigueros lo
obtuvieron en tiempos muy antiguos, cuando se recolectaban en los campos de
trigo de las comarcas rurales de Extremadura y Andalucía antes de que brotara
el cereal. Alrededor de este producto suelen surgir equívocos, a veces de
manera intencionada. Por ejemplo, no hay que confundir estos espárragos de
campo con los verdes cultivados; estos últimos se venden a lo largo de todo el
año en la mayoría de los establecimientos comerciales (en las últimas décadas
los comercializan como trigueros, aunque ese nombre no sea el correcto). Hoy en
día, y debido a las técnicas intensivas de arado, las esparragueras han
desaparecido casi por completo de los terrenos cultivados y hay que buscar los
trigueros en los bosques, encinares, olivares o pinares.
Los espárragos blancos son los que han crecido bajo tierra y se han recolectado
cuando son brotes (todavía no han salido a la superficie), los espárragos verdes y trigueros han salido enteros y han recibido la luz del sol.
Esta maduración al
sol hace que los beneficios de los espárragos verdes sean mayores, ya que
contienen muchos más nutrientes que los espárragos blancos.
Ingredientes:
6 a 8 espárragos verdes por persona (Según tamaño)
sal
unas gotas de aceite de oliva
Lavar y secar los espárragos, y ponerlos a asar en una parrilla o plancha bien caliente, añadir sal al gusto (añadir unas gotas de aceite si los hacéis a la plancha) dar la vuelta cuando veáis que empiezan a tomar color (3 a 4 minutos).
La mejor forma de asarlos es en barbacoa o brasa de leña o carbón.
Podéis servirlos tanto de primer plato como de guarnición de carnes o pescados.
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