Podríamos decir que la bechamel es la reina de las salsas.
Esta dentro de la categoría de salsas claras junto con la veolute, y es la base de muchas de las salsas blancas. Pero lo cierto es que esta simple salsa elaborada con muy pocos ingredientes es la base de muchas otras salsas y recetas, como lasañas, croquetas o rellenos.
La bechamel se compone de la mezcla en caliente de mantequilla y harina a partes iguales "que se le llama Roux y que es la base para ligar la mayoría de las las salsas calientes" y de leche, más sal y pimienta blanca y nuez moscada rallada.
Ingredientes:
50 gm de harina
50 gm de mantequilla
500 ml de leche
1 cucharada de aceite (opcional)
sal
pimienta
nuez moscada
Tamizamos la harina en un bol y reservamos. Fundimos la mantequilla en una cazuela a fuego lento junto con el aceite (este evitara que se queme y ponga oscura la mantequilla). Cuando esté fundido añadimos la harina y (varilleamos con un batidor de varillas) batimos hasta que tengamos una mezcla homogénea.
Dejamos cocer durante 2 minutos, varilleando constantemente, hasta que empiecen a salir burbujas de la mezcla y cambie a un color más claro. Esto quiere decir que la harina se está cocinando.
Añadimos la leche bien caliente (sin que llegue a hervir), removiendo constantemente para evitar la formación de grumos. Cuando empiece a espesar, sazonamos con sal, pimienta blanca y nuez moscada molida.
Cocinamos a fuego lento durante unos minutos, sin dejar de remover, hasta que la salsa espese.
Dejamos que la salsa llegue a la ebullición y dejamos uno o dos minutos más y ya la tenemos hecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario